Nací el 11 de noviembre de 1989.
Muchos de los que me vieron nacer y crecer, dicen que lo hice con un balón bajo el brazo.
Con casi 4 años, comencé a entrenar con el Santutxu F.C, donde pasé 16 temporadas. Estoy muy orgulloso de que haya sido este club el que me hizo crecer, ya que es el club de mi barrio de toda la vida (Santutxu), donde he pasado y sigo pasando casi todos los momentos de mi vida; estudiando en Karmelo Ikastola, Solokoetxe y Gabriel Aresti, a quienes debo agradecer todo lo que me han enseñado. Donde he hecho muchas de mis grandes amistades. Y cómo no, en el lugar que más balonazos he pegado.
Dentro de esas 16 temporadas, viví momentos de todo tipo. Mi crecimiento tardío, me hizo pasar momentos muy complicados; pero gracias a todos mis entrenadores, compañeros, amigos y sin duda familia, conseguí aprender de ellos. También hay recuerdos preciosos, como por ejemplo, ser campeones de Bizkaia en Alevines, repetirlo y ascender en Cadete de primer año, 4º clasificados en Liga Vasca y campeones de la Copa Vasca (ésto último con dos entrenadores que me marcaron y con una gran anécdota: Jonan García -en aquel momento jugador del Athletic Club- y Aritza Hormaza, con el que actualmente entreno en esa misma categoría). Otro año bonito fue el último de Juveniles, donde quedamos 5º en la máxima categoría (Juvenil División de Honor). Ese año fue el final de mi etapa en el fútbol base, ya que al año siguiente, temporada 2008-2009, jugué en División de Honor Regional, donde la confianza que me dio el que actualmente sigue siendo entrenador del Santutxu F.C., Juan Carlos Marco “Marquitos”, y todos mis compañeros, me hizo evolucionar.
Gracias a esa temporada, conseguí dar un salto muy importante en mi carrera, ya que el Sestao River, equipo de Segunda B, me dio la oportunidad. Fue una temporada dura por el descenso a Tercera División, pero un año que nunca olvidaré, por esa gran afición y el gran club que es. Dentro de la tristeza de la temporada, a nivel personal aprendí muchísimo de todos los momentos difíciles que pasamos, y gracias a un gran entrenador como Alfonso Del Barrio y sus ayudantes.
En el verano de 2010, fue cuando cumplí el sueño de fichar por el club de mi vida, el Athletic Club. Este paso, sin duda, ha sido el más importante de mi carrera, ya que se cumplía un sueño. Nunca me quedarán palabras de agradecimiento para Joaquín Caparrós y todos los técnicos y dirigentes del club en ese momento.
Primera pretemporada, compartiendo vestuario con mis ídolos, algo increíble. Pero lo más sorprenderte, fue descubrir su gran cercanía, humanidad y esa gran familia que encontré. Mi situación deportiva, a caballo entre el primer equipo y el filial, me permitió conocer también el fenomenal trabajo que se realiza en Lezama con el fútbol base. En el Bilbao Athletic he convivido también con muy buenos técnicos y futbolistas de enorme calidad. Mi momento de mayor felicidad, el debut en Primera con el Athletic Club y en San Mamés, coincidió también con mi día más amargo, al lesionarme de gravedad apenas tres minutos después de haber saltado al campo. Fueron siete meses lejos de los terrenos de juego, que me sirvieron para volver con más fuerza. El apoyo de todas las personas que componen el club, la profesionalidad con la que me trataron los trabajadores de la Clínica La Esperanza (mención especial para el doctor Mikel Sánchez), fisioterapeutas del Club, recuperadores y el cariño que me brindaron todos los aficionados rojiblancos, me ayudaron a superar con más facilidad este duro obstáculo que me encontré en el camino.
Una vez recuperado reaparecí en los últimos partidos de Liga y pude celebrar en El Sardinero la clasificación para la disputa de la Europa League. Un logro que nos ha posibilitado alcanzar este año la final europea y, a nivel particular, debutar en esta competición tan bonita.
Marcelo Bielsa, nuestro entrenador esta temporada, nos ha ayudado a alcanzar este objetivo tan importante y además hacerlo con un juego precioso que nos ha llevado a jugar eliminatorias imborrables. Tampoco podremos olvidar de nuestras mentes la clasificación para una nueva final de la Copa del Rey. Recuerdo que la vez anterior la viví en Valencia como un aficionado más.
Entrenar, mi otra gran pasión
Una de las cosas que me ha ayudado mucho en mi carrera futbolística ha sido mi inicio como entrenador. Comencé a entrenar en mi primer año de Cadetes a la generación del 96. En aquel momento ellos tenían 5 años y hoy en día, después de 10 temporadas, sigo con esa misma generación. Con ella he pasado momentos espectaculares, pero el primero que me viene a la memoria es haber sido campeones de infantiles de último año en Bizkaia y 3º de Euskadi. La verdad es que sólo tengo palabras de agradecimiento para todos los chavales que he entrenado y sus familiares.
La formación, fundamental
Todo esto sin dejar de lado los estudios. Después de acabar el bachiller, en mi última temporada en el Santutxu, y la del Sestao River, conseguí sacar T.A.F.A.D. (técnico superior y animador de actividadades físico deportivas),estudios que he complementado con el título de Nivel 1 de entrenador y que continuaré hasta acreditarme como técnico de Nivel 3.